La noche del 11 al 12 de agosto, los rayos gamma y el polvo del cometa periódico Swift-Tuttle atravesaban la atmósfera de la Tierra. Impactando a unos 60 kilómetros por segundo, los granos de polvo del cometa produjeron la lluvia notablemente activa de las Perseidas de este año (visible en el hemisferio norte). Esta composición en gran angular de los meteoros alineados cubre un período de 4,5 horas de aquella noche de las Perseidas. Las rayas de los meteoros se pueden seguir hasta el origen de la lluvia en el cielo. El radiante, junto a la Vía Láctea y en la constelación Perseo, indica la dirección a lo largo de la órbita del cometa. Viajando a la velocidad de la luz, los rayos gamma que impactan con la atmósfera de la Tierra también generar lluvias, en este caso, lluvias de partículas de alta energía. De la misma manera que las rayas de los meteoros apuntan a su origen, los flashes más breves de las partículas se pueden utilizar para reconstruir la dirección de la lluvia de partículas y apuntar al origen de los rayos gamma. A diferencia de los meteoros, los flashes increíblemente breves de la lluvia de partículas no se pueden seguir a simple vista. Pero tanto una lluvia como la otra se pueden seguir a través de las cámaras de alta velocidad de los platos de múltiples espejos que hay en primer plano. Los platos constituyen los telescopios MAGIC (Major Atmospheric Gamma Imaging Cherenkov), un observatorio de rayos gamma que hay en la isla canaria de La Palma.

Créditos de la imagen: Daniel López (El Cielo de Canarias)

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