Aunque la superficie de lava de la Luna se enfrió hace mucho tiempo, el interior permanece caliente. Ahí nuestro satélite todavía debe tener temperaturas cercanas al punto de fusión del denso mineral peridotita, una piedra que se derrite cerca de los 1.300° grados Celsius, a unos 300 km de la superficie lunar. Todavía faltan unos cuantos millones de años antes de que el interior finalmente se enfríe.