por Néstor Espinoza*

…del por qué hay mucho espacio para él entre el vecindario solar, la vía láctea y más allá.

Chilenos descubren ausencia de materia oscura en la Vía Láctea”. Ése era el titular en Emol el día Domingo 29 de Abril recién pasado. Y continúa: “Una investigación realizada por un grupo de científicos en los observatorios La Silla y Las Campanas concluyó que no hay materia oscura en la Vía Láctea como se pensaba hace años, haciendo dudar la existencia de este tipo de masa en el universo”. Una noticia increíble, sin duda. Increíble, porque no tiene ningún sentido científico: primero, en ciencias JAMÁS se afirma una teoría con un 100% de certeza y, por otro lado, el artículo científico original tampoco dice que no hay materia oscura en la Vía Láctea: sólo se sugiere una ausencia de materia oscura en el vecindario solar.

Para explicar un poco el primer punto debo detenerme un poco en cómo se ponen a prueba las hipótesis en ciencias. En el área existen dos corrientes para testear hipótesis: la llamada “visión frecuentista”, que intenta rechazar una llamada “hipótesis nula” y la visión Bayesiana, que intenta calcular probabilidades de que una hipótesis sea cierta. Cualquiera sea la corriente, uno jamás puede probar una teoría con 100% de certeza. Explicaré un poco la primera visión, que es la que supongo muchos ya manejan mejor (¡o la manejarán eventualmente!) y pondremos el ejemplo de la magnífica noticia que Emol nos entregó. Para jugar con la visión frecuentista, entonces, como ya mencioné, necesitamos una llamada “hipótesis nula” inicial que, usualmente, representa la posibilidad de que no hayamos descubierto nada y una (o más) “hipótesis alternativa”, que, usualmente, representa la hipótesis que hayamos descubierto algo. En nuestro caso, escojamos la hipótesis nula, H0, como “hay materia oscura en la Vía Láctea” y como hipótesis alternativa la hipótesis H1 “no hay materia oscura en la Vía Láctea” (esto de “hipótesis nula” e “hipótesis alternativa” es una jerga técnica, nada más. Podríamos perfectamente haberle puesto “la hipótesis de Juanito” a la primera y “la hipótesis de Robertito” a la segunda, pero nos quedaremos con los nombres originales, para no hacer alcances de nombre). La visión frecuentista intenta calcular primero cuál es la probabilidad de obtener los datos que yo obtuve1, suponiendo que la hipótesis nula, H0, es cierta. Éste es un famoso valor que verán en múltiples estudios llamado el “p-value” (sí, ese valor ES una probabilidad). Si la probabilidad es baja (es decir, dado que hay materia oscura en la Vía Láctea, la probabilidad de haber obtenido los datos que obtuve es baja), entonces esto sugiere que rechacemos la hipótesis nula (nótese la sutileza: esto no quiere decir que la hipótesis nula sea falsa). Si la probabilidad es alta, por otro lado (es decir, es muy probable tener los datos que obtuve dado que hay materia oscura en la vía láctea), esto no implica que aceptemos la hipótesis nula (en nuestro caso, que aceptemos que “hay materia oscura en la vía láctea”): simplemente fallamos en rechazar la hipótesis nula.

Todo lo anterior es súper importante: no es lo mismo decir “los datos sugieren rechazar la hipótesis nula, es decir, sugieren rechazar la hipótesis ‘hay materia oscura en la vía láctea’” (lo que diría un científico) a decir “la hipótesis nula es falsa, es decir, ‘no hay materia oscura en la Vía Láctea’” (lo que probablemente diría Emol). Más aún, el grado de confianza con el que se sugiere rechazar la hipótesis nula es usualmente arbitrario, pero ése es otro problema mucho más técnico que, en realidad, da para otra (o varias) columna

Obviamente, todo este análisis tendría sentido si los datos fueran representativos de toda la Vía Láctea. Que, para pesar de Emol, no es el caso. El artículo científico original2 dice, en el título, “(…) ausencia de materia oscura en el vecindario solar”, ¿no les suena eso un poquito distinto a decir “no hay materia oscura en la Vía Láctea”? Es decir, el vecindario solar son 250 años luz a la redonda (más de 2 x 1015  kilómetros), mientras que la Vía Láctea serían equivalentes a 50.000 años luz a la redonda (algo así como 5 x 1017  kilómetros), sin mencionar que vivimos en “la orilla” de la Vía Láctea.

¿Cuál es el afán entonces? Bueno, claramente vender más en vez de informar lo que realmente sucede. Es mucho más impactante decir que “no hay materia oscura en la Vía Láctea” a decir que “hay ausencia de materia oscura en el vecindario solar” (por favor, insisto en que noten la enorme diferencia en todo sentido entre esas dos premisas). Pero si vamos a vender cosas que no son ciertas en los medios de comunicación, ¿entonces para qué tenemos periodistas en la sección de Ciencia y Tecnología?

1: En realidad, la visión frecuentista intenta calcular la probabilidad de mis datos o cualquier dato más extremo. Explicar esta definición con detalles y ejemplos me tomaría mucho más espacio de lo que esta columna me permite, pero la premisa es que “uno no puede rechazar una hipótesis hasta que no haya suficiente evidencia en contra”. Es como en los juzgados: uno parte de la premisa que la persona a ser juzgada es inocente, hasta que no haya suficiente evidencia en su contra como para que sea denominada culpable. Acá es lo mismo: las teorías se mantienen hasta que no haya suficiente evidencia en contra como para sugerir que son falsas.

2: Los interesados pueden leer el artículo original acá

*Néstor Espinoza – Astrónomo (PUC), Candidato a Doctor en Astrofísica (PUC) e Investigador del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) – @nespinozap