El rover Perseverance de la NASA, en Marte desde el pasado febrero con el objetivo de buscar rastros de vida microbiana antigua, está a punto de realizar uno de sus mayores hitos. En las próximas dos semanas, el vehículo explorador recolectará sus primeras rocas marcianas, una muestra que futuras misiones traerán a la Tierra en la década de 2030.

El ‘geólogo de seis ruedas’ busca un objetivo científicamente interesante en una parte del cráter Jezero de unos 4 kilómetros cuadrados llamada Cratered Floor Fractured Rough (algo así como suelo con cráteres fracturado y rugoso), donde se cree que pueden estar expuestas algunas de las capas más profundas y antiguas del terreno. Hace miles de millones de años pudieron estar cubiertas por las aguas de un lago.

«Cuando Neil Armstrong tomó la primera muestra del Mar de la Tranquilidad hace 52 años, comenzó un proceso que reescribiría lo que la humanidad sabía sobre la Luna», señala Thomas Zurbuchen, administrador de ciencia de la NASA. «Tengo todas las expectativas de que la primera muestra del Perseverance del cráter Jezero, y las que vengan después, harán lo mismo para Marte. Estamos en el umbral de una nueva era de ciencia y descubrimiento planetarios», asegura.

Armstrong tardó 3 minutos y 35 segundos en recolectar esa primera muestra lunar. Al rover marciano le llevará algo más. Requerirá aproximadamente once días para completar su primer muestreo, ya que debe recibir sus instrucciones desde cientos de millones de kilómetros de distancia. Para recoger y almacenar la muestra utilizará, según la NASA, el mecanismo más complejo, capaz y limpio que se haya enviado al espacio.

Una ‘piedra de adoquín’ de color claro, como las que se ven en esta imagen del cráter Jezero, será el objetivo probable para el primer muestreo del Perseverance – NASA / JPL-Caltech / ASU / MSSS

Gemelo geológico

El rover comenzará colocando todo lo necesario para el muestreo al alcance de su brazo robótico de 2 metros de largo. Luego realizará un estudio de imágenes, de forma que el equipo científico pueda determinar la ubicación exacta donde se tomará la primera muestra. Además, buscará otro sitio separado en la misma área para encontrar ‘gemelos geológicos’ de las muestras que permitan hacer análisis detallados in situ.

El rover se empleará a fondo con los dobles geológicos. Primero, utilizará una broca abrasiva para raspar las capas superiores de la roca, exponiendo las superficies frescas no erosionados. Estas serán analizadas por los instrumentos científicos montados en la torreta del Perseverance (SHERLOC, PIXL y WATSON) para determinar la composición química y mineral y buscar materia orgánica. Otro de sus instrumentos, llamado SuperCam, disparará un láser a la roca y luego tomará lecturas del polvo resultante. Por su pare, la cámara Mastcam-Z capturará imágenes de alta resolución.

De vuelta a la Tierra

Trabajando juntos, estos cinco instrumentos permitirán un análisis sin precedentes de los materiales geológicos en el lugar de trabajo. Además, el brazo acoplado al Perseverance recogerá las muestras intactas (del tamaño de un trozo de tiza), que se traspasarán a unos pequeños tubos. Estos, a su vez, serán guardados herméticamente en las entrañas del rover. La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) planean una misión conjunta para traer las muestra a nuestro planeta en la década de 2030. La próxima vez que se vea el contenido del tubo de muestra, estará en una instalación en la Tierra para su análisis con instrumentos científicos demasiado grandes para enviarlos a Marte.

Aunque resulta inevitable fantasear con que algunas de estas primeras muestras contengan rastros de vida antigua, el equipo del rover no espera una prueba definitiva. «Las rocas ubicadas en esta unidad geológica no son excelentes cápsulas del tiempo para los orgánicos, pero creemos que han existido desde la formación del cráter Jezero y son increíblemente valiosas para llenar los vacíos de nuestra comprensión geológica de la región, cosas que necesitaremos desesperadamente saber si descubrimos que alguna vez existió vida en Marte», afirma Ken Farley, científico del proyecto en Caltech. Probablemente, no será hasta que las rocas hayan sido analizadas en la Tierra que los científicos puedan decir con precisión si realmente se ha encontrado algún rastro de vida.

Fuente: abc.es

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