En esta naturaleza muerta celeste hecha con un pincel cósmico, la polvorienta nebulosa NGC 2170, también conocida como la nebulosa Ángel, brilla cerca del centro de la imagen. NGC 2170 refleja la luz procedente de las estrellas calientes cercanas y se une a otras nebulosas de reflexión azuladas, una región de emisión roja, muchas nebulosas de absorción oscuras y un telón de fondo de estrellas de colores. Como los elementos domésticos comunes que los pintores suelen incluir en una naturaleza muerta, las nubes de gas, polvo y estrellas calientes que aparecen aquí también se encuentran habitualmente en este escenario: una nube molecular masiva donde se forman estrellas en la constelación del Unicornio. La nube molecular gigante Mon R2 está increíblemente cerca, a tan sólo unos 2.400 años luz. A esta distancia, este lienzo tendría más de 60 años luz.

Crédito de la imagen: Juan Lozano de Haro

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