A diferencia de los telescopios ópticos, un radiotelescopio puede funcionar durante el día y se puede observar a través del gas y el polvo, lo que permite a los astrónomos ver el funcionamiento interno de objetos como restos de supernovas, galaxias y agujeros negros. De ahí la importancia del recientemente inaugurado ALMA, que además es el mayor proyecto astronómico que existe, compuesto de 66 antenas de alta precisión, ubicado en el Llano de Chajnantor, a 5.000 metros de altitud en el norte de Chile.

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