Las más frías, las más calientes, la más antigua, las más pesadas… Estrellas que convierten a nuestro Sol en un vulgar lucero en el cielo.

1. La más fría: una de las estrellas más frías es conocida con el nombre de CFBDSIR 1458 10b. Nuestro Sol tiene una temperatura en la superficie de 6.500ºC y de 15 millones de grados en su núcleo, en cambio esta sólo tiene una temperatura superficial de sólo 100ºC. Se trata de una enana marrón, una estrella extraña, una mezcla de estrella y planeta gigante, o un aborto de estrella, pero que no es capaz de producir reacciones nucleares en su núcleo para fusionar hidrógeno, por lo que su temperatura es bajísima y algunos planetas del Sistema Solar la superan con creces en su superficie debido a la radiación del Sol. A CFBDSIR 1458 10b casi podríamos tocarla con la mano sin quemarnos.

2. La más caliente: En el interior de la nebulosa planetaria NGC 2240 se encuentra una enana blanca densa, tres veces mayor que la Tierra, con una temperatura superficial de 200.000 grados. Esta estrella se conoce como HD62166H y está ubicada en la constelación austral de la Popa. Esta estrella se enfriará progresivamente hasta convertirse en una enana negra, pero eso le tardará 1 billón de años.

3. Las más pequeñas: Hay una curiosa estrella o planeta gigante, ya que aún no está bien definido, pero que puede tratarse de una estrella enana marrón, que es sólo 8 veces más grande que Júpiter. Esta supuesta estrella no se encuentra girando alrededor de otra en un sistema binario, sino que vaga por el espacio como si se tratara de un Sol, pero curiosamente, algunos investigadores creen haber encontrado planetas a su alrededor. ¿Se imaginan planetas girando entorno a una estrella súper enana, fría y oscura? Es una de las peores suertes que le puede tocar a la vida en aquellos planetas, en caso de existir. Hay otras estrellas aún más pequeñas, como OGLE-TR-122B, que es un poco más grande que Júpiter.
4. La más grande: La estrella más grande conocida en nuestra galaxia es la hipergigante NML Cygni, ubicada a 5.500 años luz de la Tierra en la constelación boreal del Cisne. Nuestro Sol, que tiene un diámetro de 1.400.000 km, sería un pequeño punto a su lado, ya que esta gigantona mide 2.500.000.000 km de diámetro, o sea, es 1.785 veces más grande que nuestro Sol. O puesto de otro modo: si el Sol fuera una pelota de playa de 50 cm de diámetro, esta estrella sería casi del porte de España.
5. Las más rápidas: Para que una estrella gire muy rápido, tiene que ser lo más pequeña posible. Si una estrella como la hipergigante NML Cygni diera vueltas cientos de veces por segundo, su superficie tendría que ir más rápido que la velocidad de la luz, lo que es incompatible y, además, sus capas exteriores se despegarían del resto de la estrella. Pero las estrellas que sí pueden hacer esto son las estrellas de neutrones y algunas de ellas son púlsares, que son casi lo mismo, con la diferencia de que tienen un campo magnético potentísimo y que emiten radiación electromagnética como si fueran faros del Universo. Uno de los púlsares más rápidos conocidos es el denominado PSR B1937+21, que completa una vuelta sobre sí mismo cada 0.00155780644887275 segundos, o dicho de otro modo, 642 veces por segundo. La superficie del púlsar va a la escalofriante velocidad de 1/7 de la velocidad de la luz. Sólo una estrella enormemente densa y con una fuerza de gravedad descomunal, podría soportar esta velocidad de giro, de lo contrario se haría añicos.
6. La más vieja: El récord hasta ahora se lo lleva la estrella llamada Matusalén. Su edad se estima hasta en 16.000 millones de años, lo que fue una controversia entre los científicos, ya que de ser así sería más antigua que el propio Universo (que se estima tiene unos 13.700 millones de años), lo que equivale a ser más viejo que tu propia madre. Pero estudios más recientes demuestran que la edad de Matusalén se podría ajustar  a los 13.600 ó 13.500 millones de años, tres veces más vieja que nuestro Sol. La estrella es una subgigante roja en las últimas fases de su vida y ahora se encuentra en una etapa de expansión.
7. Las más densas y pesadas: Lo más denso en el Universo es un agujero negro, pero antes de llegar a ese extremo, las estrellas muy masivas se convierten en estrellas de neutrones. Su densidad es tal que los electrones y protones están tan juntos que no prácticamente no espacios entre ellos y se unen para formar neutrones (de ahí el nombre de estas estrellas). Las estrellas de neutrones más densas arrojan cifras por cada cm cúbico de 1 millón de kilos. Pero el récord lo tiene un púlsar cuya masa es el doble que el Sol, con una densidad de 500 millones de toneladas por centímetro cúbico; el peso de toda una gran montaña en un dedal.
8. La estrella «huevo»:La octava estrella más brillante del cielo, llamada Achernar es una preciosa estrella blanco azulada cuyo diámetro es 10 veces superior al Sol y unos 50 millones de años de edad. Pero lo que la hace famosa es caracterizarse por ser una de las estrellas más estiradas que se conocen. Achernar gira tan rápido que su diámetro en el ecuador es un 50% más grande que el diámetro de polo a polo, o sea, es casi como huevo que gira sobre su eje mayor. Para mantener esta extraña forma, tienen que existir fenómenos físicos internos que se desconocen, para que no se desestabilice y se deshaga en el espacio, ya que su densidad y gravedad no son muy altas y serían los únicos elementos que podrían soportar la forma de huevo.

Por Miguel Gilarte Fernández, pdte. de la Asociación Astronómica de España, para ABC.es

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