De los satélites de Júpiter, Europa es la más pequeña de las cuatro principales lunas que tiene. Y es un mundo misterioso y helado que cuenta con un océano subterráneo que intriga a los científicos y del que, según han detectado ahora, parecen emerger enormes chorros de vapor de agua. Así lo asegura un equipo liderado por Lorenz Roth tras analizar las imágenes obtenidas por el telescopio espacial Hubble en noviembre y diciembre de 2012 y compararlas con otras más antiguas captadas en 1999.

Según detallan en su investigación,  si se confirma que se trata de géiseres significaría que el agua del océano subterráneo de este satélite puede salir fácilmente a su superficie, al menos en algunas ocasiones. De momento sólo han podido detectar estos chorros de vapor de agua durante un periodo de siete horas. Además, añaden que el hallazgo podría ser decisivo a la hora de planificar futuras misiones de exploración para determinar si Europa, la que cuenta con una tenue atmósfera, es potencialmente habitable. «El descubrimiento de vapor de agua expulsado desde el Polo Sur refuerza la posición de Europa como el candidato con más posibilidades para que sea potencialmente habitable», afirma Lorenz Roth, investigador del Instituto de Investigación Southwest de San Antonio (Texas, EEUU), en una nota de prensa de la Agencia Espacial Europea (ESA). Según aclara, no saben si estos chorros están conectados con el agua líquida que creen que hay bajo su superficie.

El estudio de los investigadores detalla que los chorros de vapor de agua miden nada menos 200 kilómetros de altura. Solamente fueron observados en el Polo Sur de este cuerpo celeste helado durante un breve periodo de siete horas, coincidiendo con el momento en el que está orbitando a mayor distancia de Júpiter. Según creen, los chorros se desvanecen cuando la luna pasa muy cerca de su planeta. Los géiseres de Europa podrían ser parecidos a los géiseres que la nave espacial Cassini observó en 2005 en Encélado, una de las lunas del planeta Saturno. Según sostienen los científicos, serían emisiones de vapor a alta presión que escapan de grietas muy estrechas.

La detección de agua en estos pequeñas lunas las convierte en uno de los principales objetivos que buscan potenciales mundos habitables en nuestro Sistema Solar. La Agencia Espacial Europea (ESA) prevé mandar en el año 2022 su misión JUpiter ICy moons Explorer para explorar Júpiter y tres de sus lunas principales: Ganímedes, Calisto y Europa. La sonda no tripulada tardaría ocho años en llegar a Júpiter, donde permanecería durante tres años, estudiando en profundidad y realizando mapas del planeta y de estas tres lunas.

 

Fuente: elmundo.es

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