Un equipo de investigadores del Instituto Perimeter de Física Teórica, en Canadá, acaba de proponer, en un artículo recién publicado en Physical Review Letters, que del Big Bang no solo habría surgido el Universo que conocemos, sino también otro que se expandería hacia atrás en el tiempo. Un «antiuniverso» que sería como la imagen reflejada del nuestro y en el que, desde nuestro punto de vista, todo sucedería al revés.

Y es que nuestro universo parece estar violando continuamente un tipo de simetría fundamental, llamada CPT, según la cual las leyes de la Física no varían al cambiar el sentido del espacio y del tiempo, ni tampoco al intercambiar en las ecuaciones materia por antimateria. A pesar de ello, en nuestro universo el tiempo solo avanza en una dirección, el espacio se expande y nunca se contrae y hay muchísima más materia que antimateria.

Precisamente por eso, y para preservar la simetría CPT, Latham Boyle, Kieran Finn y Neil Turok han propuesto que el Big Bang fue, también, el punto de partida de un antiuniverso en el que predomina la antimateria y en el que el tiempo corre en dirección contraria. Para los investigadores, este modelo simétrico de la creación no solo es consistente desde el punto de vista de la Física, sino que además proporciona una explicación para la materia oscura, esa «otra clase» de materia que los científicos llevan décadas persiguiendo en vano: un universo que cumple con la simetría CPT, en efecto, produciría grandes cantidades de neutrinos estériles muy masivos. Y tales neutrinos «súper pesados» podrían ser también la fuente de las lluvias de rayos cósmicos de alta energía que llegan continuamente a la Tierra.

No hace falta inflación

Por último, el nuevo modelo prescinde, también, de la necesidad de la inflación, una breve época de crecimiento exponencial justo después del Big Bang, necesaria para explicar la de otro modo incomprensible uniformidad del Universo a gran escala. En nuestro modelo actual, la inflación resulta útil para explicar algunas observaciones cosmológicas, pero exige a cambio la existencia adicional de una serie de campos cuánticos que aún no se han podido encontrar.

Boyle y sus colegas, sin embargo, muestran que su propuesta podría explicar la evolución cósmica y los primeros instantes del universo sin necesidad de inventar una nueva Física. De hecho, en su modelo simétrico, el tiempo y el espacio fluyen continuamente a través del Big Bang, y el antiuniverso que emerge en la dirección negativa del tiempo se comporta como una imagen especular de nuestro propio universo.

El equipo de investigadores admite que aún debe demostrar que el nuevo modelo es capaz de reproducir ciertas observaciones que sí explica la inflación, como la uniformidad del Cosmos a grandes escalas. Para Neil Turok, uno de los autores del artículo, la nueva hipótesis es extremadamente sólida porque «se basa solo en partículas y campos conocidos», en lugar de apoyarse en nuevas e hipotéticas partículas y en la esperanza de que se descubran en el futuro.

Sin embargo, aún falta que logren comprobarla del todo.

Fuente: abc.es

 

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