En esas noches de desvelo y terror existencial, en los que pensamos en la muerte y en el olvido, recordar la ley de conservación de la energía nos puede servir de consuelo: «La suma total de E (energía) exclusiva de cada persona, la energía que hay en nuestros átomos y en los enlaces que los unen, no se destruirá […] La masa y la energía de las que estamos hechos cambiarán de forma y de ubicación pero se quedarán aquí, en este bucle de vida y luz, en esta fiesta permanente que empezó con un Bang«, escribió la periodista científica Natalie Angier.

En términos más clásicos, el principio de conservación de la energía afirma que, en un sistema aislado, la energía de los cuerpos que interactúan entre sí puede cambiar de forma, pero permanece constante. La energía adopta muchas formas entre las que se incluyen la energía cinética (del movimiento), la potencial (almacenada en los cuerpos), la energía química y la calorífica. Imaginemos un arquero que tensa un arco. Al soltar la cuerda, la energía potencial del arco se convierte en la energía cinética de la flecha. La energía total del arco y la flecha es la misma, en principio, antes y después de soltar la cuerda. De igual manera, la energía química almacenada en una batería se puede transformar en la energía cinética de un motor giratorio. La energía potencial gravitatoria de una pelota situada a cierta altura se transforma en energía cinética según va cayendo. El descubrimiento del físico James Joule en 1843 de que la energía gravitatoria que va perdiendo un cuerpo al caer y que provoca el movimiento de una rueda hidraúlica es igual a la energía térmica que gana el agua producida por la fricción con las palas de la rueda, fue un momento clave en la historia de la conservación de la energía. Uno de los enunciados del primer principio de la termodinámica suele ser el siguiente: el aumento de la energía interna de un sistema debido al calentamiento, es igual a la diferencia entre la cantidad de energía suministrada en forma de calor y el trabajo efectuado por el sistema en su entorno.

Si quieres entender mejor el concepto de energía, aquí puedes leer (o releer) la columna de Carlos Otto sobre qué es la energía.

Fuente: El libro de la Física – Clifford A. Pickover

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