Por Carlos Otto*
Al igual que el sur de Chile, los Alpes suizos o las pirámides de Egipto, pareciera ser que cada planeta tiene su propia “personalidad” y encanto turístico. Si pudiera viajar a uno, ¿cuál elegiría? Esta práctica guía lo orientará en esta difícil decisión:
El primer mundo:
Mercurio debe su nombre al raudo mensajero de los dioses romanos por lo rápido que da la vuelta al Sol (88 días). Ha sido visitado sólo por una sonda espacial, la MARINER 10, que sobrevoló el planeta durante los años 1974 y 1975. Únicamente el 45% de su superficie pudo ser mapeada, ya que está demasiado cerca del Sol como para fotografiarla de manera segura.
Una de las mayores atracciones de la geología de Mercurio es la Cuenca de Caloris, un cráter de impacto de 1550 kms de diámetro que constituye una de las mayores depresiones meteóricas de todo el Sistema Solar. Ojo con los cambios de temperatura: en el “día” alcanza 400 °C, mientras que en la noche baja a -200 °C, esto porque no existe atmósfera suficiente para retener el calor.
El vecino apocalíptico:
Venus se luce en nuestro cielo como una hermosa estrella brillante, pero la verdad es que de cerca el panorama no es para nada alentador. El paisaje se asemeja a lo que la Tierra se convertirá dentro de millones de años, cuando el Sol se expanda, aumente la temperatura y evapore toda el agua de su superficie. Por efecto invernadero, los rayos solares atrapados dentro de la atmósfera de C02 causarán un intenso calor y condiciones sofocantes para todas las formas de vida existentes en ella (incluidos nosotros los humanos, por supuesto). Para los curiosos que desean saber cómo será la muerte de nuestro planeta, Venus es una interesante sinopsis.
La primera foto que la humanidad tomó a este planeta hermano fue en 1976, cortesía de las sondas soviéticas Venera 9 y Venera 10. Se observa desolación absoluta y nula posibilidad de vida. Interesante lugar para reflexionar.
La famosa Tierra:
Aquí se sentirá acompañado: se estima que en la Tierra hay 8,7 millones de especies, 6,5 millones sobre el suelo terrestre y 2,2 millones en los océanos. De todas ellas, 86% de las especies terrestres y 91% de las especies marinas aún no han sido descubiertas, descritas ni clasificadas.
Como la Tierra ya le es familiar, permítame sugerirle un viaje a la Luna. A diferencia de Mercurio y Venus, que no poseen satélites naturales, la Tierra cuenta con este gran atractivo a sólo 350,000 kms (unos 130 días “en auto”). Puede clavar una bandera, dejar huellas imborrables y visitar el Mar de la Tranquilidad, la planicie donde aterrizó el Apolo 11. Desde la Tierra siempre observamos la misma cara de la luna, por lo que sería irresistible visitar su “lado oscuro” y conocer sus misterios. Hágalo escuchando a los fantásticos Pink Floyd para una experiencia aún más memorable.
Planeta Rojo:
Este planeta destaca por sus mitos, interesante geología y su atractivo color. Sus rocas son ricas en hierro y al oxidarse, igual que un metal viejo terrestre, le dan ese color rojizo característico que conocemos.
Marte es famoso por sus monumentos naturales. Recomendamos visitar el Monte Olimpo, la montaña más grande del Sistema Solar con 25 kilómetros de altura (el triple del Everest terrestre), o el Valle Marineris, el cañón más largo de todos los planetas, con 4000 kms de largo. Y para sumar récords de magnitud, no deje de visitar la cuenca Borealis, un cráter de impacto que con 8500 kms de diámetro cubre el 40% de la superficie marciana. Destino predilecto para turistas intergalácticos. Cuídese de las gigantescas tormentas de arena, que pueden cubrir el planeta entero en sólo días.
Gigante de Trueno:
Júpiter es el planeta de los fenómenos climáticos y las tormentas eternas. Llamado así por el dios romano del trueno, tiene un volumen 1300 veces mayor a la Tierra, el más grande del Sistema Solar. Pese a su gran tamaño, gira extremadamente rápido alrededor de su eje, por lo que un “día” dura sólo 9,84 horas. Una de las impresionantes manifestaciones de la naturaleza explosiva de Júpiter es la Gran Mancha Roja, un vórtice de incesantes tormentas y relámpagos iniciado hace 300 años.
Otro de los grandes atractivos de este gigantesco planeta es su gran cantidad de lunas: 63 han sido descubiertas orbitando a su alrededor. Una de las más grandes, Io, es considerada uno de los mundos más volcánicamente activos del Sistema Solar, con erupciones permanentes y extensos flujos de lava. Un verdadero espectáculo dantesco.
El misterioso Saturno:
Saturno probablemente sea el planeta más atractivo por su brillosa superficie y espectaculares anillos, los cuales recomiendo visitar “rápido”, ya que se cree que desaparecerán algún día, dispersándose en el espacio o cayendo a la superficie del planeta atraídos por su gravedad. Existe la teoría de que estos anillos son partículas de una antigua luna que orbitaba el planeta, hecha añicos en una colisión hace millones de años.
Un viaje a Saturno es larguísimo. Para que se haga una idea, las distancias de cada planeta al Sol se suelen medir en “Unidades Astronómicas” o simplemente “UA”: una UA es la distancia de la Tierra al Sol: 150 millones de kilómetros aproximadamente. Los primeros cuatro planetas se encuentran relativamente “cerca” del Sol (Marte está a 1,5 UA), pero Júpiter se encuentra a 5,2 UA y Saturno a 9,5 UA. Viaje cansador.
“Jorge”, el planeta cucarro:
Urano, el planeta más frío del Sistema Solar (-210 °C!), fue descubierto tarde por la raza humana, específicamente en 1781 por William Herschel, un destacado músico alemán que se enamoró de la astronomía. Al principio lo bautizó como “Planeta Jorge”, en un extraño homenaje al rey de Inglaterra Jorge III. Rápidamente, la comunidad científica solicitó continuar con la tradición mitológica y se cambió el nombre a Urano. Menos mal.
Este gigante de hielo tiene una sorprendente particularidad: su eje de rotación está totalmente inclinado, casi perpendicular a la elipse de su órbita, como un trompo cucarro. Por la extraña forma que gira, durante un cuarto de su órbita (21 años) un polo permanece en completa oscuridad. Si le gusta el frío, la noche y las conductas extrañas, Urano es su destino.
Azul demasiado profundo:
Lo hermoso de Neptuno son sus brillantes nubes alargadas, similares a los cirros de la Tierra, y su sorprendente color azul que le confiere el metano de su superficie. Los vientos más fuertes medidos en cualquiera de los planetas del Sistema Solar se encuentran cerca de la Gran Mancha Oscura, otro vórtice tormentoso como el de Júpiter, donde los vientos soplan casi a 2.000 kilómetros por hora: el triple de un huracán en la Tierra.
La forma en que se descubrió este lejanísimo planeta es una verdadera hazaña de la astronomía. En el siglo XIX, científicos notaron que algo “tiraba” a Urano en la dirección opuesta al Sol en ciertos puntos de su trayectoria. La hipótesis fue que debía existir un cuerpo suficientemente grande para causar ese efecto gravitacional, y sólo a punta de cálculos matemáticos, sin telescopios, predijeron la posición exacta de este cuerpo extraño, que resultó ser Neptuno.
Así que ya sabe, los planetas guardan maravillas para todos los gustos. Espero que a estas alturas pueda decidir informadamente su destino si se le presenta la oportunidad de un viaje cósmico. Nunca se sabe.
Fotos: nasa.gov
*Carlos Otto – Ingeniero Eléctrico USACH, Intérprete aficionado de Ukelele, Profesor de Física, Guitarrista Rítmico en FHT y Astrónomo frustrado.