¿Por qué no podemos ver la materia oscura, que además forma el 85% de toda la materia existente en el Universo?

Dos científicos de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville (Tennessee, EE.UU), llegaron a una conclusión  que podría matar dos pájaros de un tiro en el campo de la astrofísica. Y es que las partículas de materia oscura estarían dotadas de un rato tipo de campo electromagnético en forma de donut que explicaría por qué este tipo de materia es invisible a la luz. Esto, por un lado, identificaría la naturaleza de la esquiva materia oscura y, por otro lado, el modelo de estos investigadores confirmaría la existencia de una partícula propuesta por un físico siciliano que desapareció misteriosamente en el mar sin poder ver demostradas sus teorías.

En 1928, el físico Paul Dirac formuló la existencia de los fermiones, partículas que dan masa a la materia y que incluyen, entre otros, los quarks y los electrones. Los fermiones están dotados de una carga eléctrica de signo contrario a la de sus antipartículas. La interacción entre una partícula y su antipartícula provoca la aniquilación de ambas. Nueve años después, Ettore Majorana, discípulo del premio Nobel Enrico Fermi, propuso una variación a este modelo introduciendo la existencia de fermiones eléctricamente neutros que serían sus propias antipartículas. Sin embargo, este científico que era conocido por su carácter atormentado, desapareció poco después en circunstancias extrañas durante un viaje en barco de Palermo a Nápoles.

La existencia de estos fermiones de Majorana se demostró parcialmente en 2012. Por sus propiedades peculiares se especula que estas partículas podrían ser los «ladrillos constituyentes» de la materia oscura, cuya existencia se conoce por sus efectos gravitatorios en las galaxias, pero que no interacciona con la luz, por  lo que no podemos observarla y dificulta su estudio. La causa de esta “invisibilidad”, que es precisamente la clave de la naturaleza de la materia oscura, todavía es un misterio.

Robert Scherrer, el director del nuevo estudio,afirma que “La mayoría de los modelos para la materia oscura asumen que esta interacciona a través de fuerzas exóticas que no encontramos en la vida diaria” El aporte de la teoría formulada por Scherrer y su colaborador, Chiu Man Ho, consiste en usar “electromagnetismo normal del que se aprende en el colegio, la misma fuerza que hace que los imanes se peguen al refrigerador”, añade Scherrer.

Dadas sus características, los fermiones de Majorana no pueden tener un campo electromagnético habitual con dos polos, positivo y negativo, o norte y sur. Sin embargo, los cálculos realizados por Scherrer y Ho atribuyen a estas partículas un raro tipo de campo llamado anapolo, creado por una corriente eléctrica circular que lo confina en una estructura toroidal (con forma de donut), convirtiéndolo en una especie de ostra electromagnética que no interacciona con el exterior; precisamente lo necesario para explicar la invisibilidad de la materia oscura y su carácter eléctricamente inerte. Fue el físico soviético Yakov Zel’dovich quien en 1958 predijo por primera vez los campos anapolares.

Scherrer señala que “Lo que me gusta de esta teoría es su simplicidad, y el hecho de que puede ser probada. El modelo predice específicamente en qué cantidad estas partículas deberían ser detectadas por los grandes detectores de materia oscura situados bajo tierra en varios lugares del mundo, y estas predicciones muestran que la existencia de materia oscura anapolar pronto debería ser descubierta o descartada por estos experimentos”.

Fuente: ABC.es

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