La luz viaja más lento en materiales más densos, como el cristal, que en el aire. Esto explica el espejismo de un charco en una carretera caliente, porque los rayos del cielo se curvan para apenas rozar la superficie de la carretera, ya que la luz cambia de velocidad en la capa de aire caliente que está justo encima del aslfalto caldeado por el Sol. Como el aire caliente es menos denso que el aire frío, la luz se desvía de la vertical y podemos ver el reflejo del cielo en el asfalto, que parece un charco húmedo.