Primero fueron los árboles. En Salamanca (España), el fotógrafo notó el peculiar aspecto de un bosque de robles tras ser podados. Después llegó la galaxia. El fotógrafo estuvo despierto hasta las 2:00 am esperando que la Vía Láctea se elevara por encima del nivel de un majestuoso roble. Desde esta perspectiva cuidadosamente escogida, las bandas de polvo de la galaxia parecen prolongaciones naturales de las ramas del árbol. A continuación llegó la luz. Al otro lado del árbol instaló una linterna para proyectar su silueta. Los otros árboles, por casualidad, también aparecieron como siluetas sobre el horizonte relativamente brillante.
La fotografía se hizo con una única exposición de 30 segundos; después se procesó digitalmente para resaltar en ellos la Vía Láctea.

Crédito de la imagen: César Vega Toledano; Rollover Annotation: Judy Schmidt 

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