Hace tiempo que los científicos saben que la atmósfera superior de Saturno contiene agua, pero de dónde venía era algo de lo que no estaban seguros. Hasta ahora, porque investigadores de la Universidad de Leicester, Inglaterra, descubrieron que viene de los anillos que rodean el planeta. Así es, la lluvia se precipita en grandes áreas sobre Saturno, que son mucho mayores a lo que se pensaba y esto influye en la composición, la estructura y la temperatura de la atmósfera.

El autor principal del estudio, James O’Donoghue, afirma que «Saturno es el primer planeta en mostrar una interacción significativa entre la atmósfera y su sistema de anillos. El principal efecto de esta lluvia es que actúa para «apagar» la ionosfera de Saturno, reduciendo severamente las densidades de electrones en las regiones en las que cae». Y ese efecto explica por qué durante muchos años se observaron densidades electrónicas inusualmente bajas en algunas latitudes del planeta, sin entender el motivo.

El coautor de la investigación, Kevin Baines, agrega que «un importante motor del entorno y el clima de la ionosfera de Saturno a través de vastas extensiones del planeta son partículas de los anillos situados a 200.000 kilómetros». Fue a principios de 1980 cuando las imágenes de la nave Voyager reveló de dos a tres bandas oscuras en Saturno, en base a lo que se pensó que el agua podría haber caído en ellas desde los anillos. Sin embargo, nunca más se volvieron a ver dichas bandas hasta el 2011. Y ahora, las observaciones realizadas con el telescopio Keck II del Observatorio Keck en Mauna Kea, Hawai, demostraron esa interacción entre la ionosfera y los anillos. Los investigadores seguirán tratando de investigar más sobre la atmósfera de Saturno con las nuevas observaciones de la sonda espacial Cassini.

Fuente: ABC.es

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