Estas nubes de gas y de polvo navegan por los ricos campos de estrellas que hay en el plano de la Vía Láctea en la constelación Cygnus. La fotografía de telescopio muestra la nebulosa Burbuja de Jabón (abajo a la izquierda) y la nebulosa Creciente (arriba a la derecha). Las dos se formaron durante una fase final de la vida de una estrella. La Creciente, también conocida como NGC 6888, se formó cuando la brillante y masiva estrella central de Wolf-Rayet, WR 136, perdió su envoltorio exterior debido a un fuerte viento estelar. WR 136 quema combustible a un ritmo prodigioso y se encamina hacia el final de una vida corta que acabará en una explosión de supernova. La recientemente descubierta nebulosa Burbuja de Jabón es seguramente una nebulosa planetaria, es decir, la mortaja final de una estrella de poca masa y larga vida similar al Sol, destinada a convertirse en una enana blanca que se enfría lentamente. Las dos nebulosas se encuentran a unos 5.000 años luz de distancia, pero la nebulosa Creciente, de unos 25 años luz de diámetro, es mayor.

Crédito de la imagen: Ivan Eder

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