Si algo tiene de especial la lluvia de las Oriónidas es que sus meteoros se hacen visibles a simple vista desde cualquier parte del planeta, ya que radian casi desde el mismo ecuador celeste (algo más arriba a +16º), desde la bella y notable constelación de Orión.

El peak es durante el 21 y 22 de octubre, pero se podrán seguir viendo hasta el 7 de noviembre. Se deberían ver alrededor de unos 15 meteoros por hora, lo que la convierte en una lluvia moderada, pero a veces es muy notable y se puede comparar con las lluvias más famosas del año. Este hecho suele ocurrir porque, en ocasiones, los cometas desprenden “bolsas” densas de materia que quedan flotando en el espacio, aunque lo normal es que el material lo reparta el cometa de forma homogénea por el espacio. Sin embargo, los cometas son imprevisibles y a veces se fragmentan en grandes bloques para desaparecer con el tiempo. Cuando la Tierra se encuentra con una de estas bolsas o nubes de escombros, se produce una importante lluvia de meteoros o estrellas fugaces, caso que ocurrió en 2006 con las Oriónidas, cuando la Tierra se topó con una de estas nubes y se pudieron contabilizar hasta 50 meteoros a la hora.

Esta lluvia está asociada a las partículas que deja el famoso cometa Halley, cuyo último paso por las cercanías de la Tierra tuvo lugar en 1986, un cometa que vuelve a las proximidades de nuestro planeta cada 76 años y que es observado desde antes de Cristo. Del cometa Halley se habían desprendido varias nubes de escombros, según han calculado los astrónomos, en los años 1266 AC, 1189 AC y 911 AC, así como la del 2006. Este cometa también produce la lluvia de las Eta Acuáridas, con máximo de actividad el 6 de mayo.

El radiante o lugar de donde proceden los meteoros se localiza en la famosa y brillante constelación de Orión, reconocible por tener en el centro de la constelación tres estrellas alineadas y prácticamente del mismo brillo, a las que denominamos «las tres Marías».

Si miramos directamente al radiante, observaremos meteoros que nos vienen prácticamente de frente, por lo que apreciaremos trayectorias de los mismos muy cortas, pero si miramos a 90 grados del radiante en cualquier dirección, podremos contemplar meteoros con recorridos muy largos. Es por ello que no conviene mirar directamente al radiante. Ten en cuenta que los meteoros entran en la atmósfera a una velocidad de 237.600 km/h, es decir, podrían llegar de la Tierra a la Luna en una hora y media. Los meteoros podrán aparecer desde cualquier punto del cielo, pero todos llevarán una dirección contraria al radiante. Aunque la lluvia se verá durante toda la noche del 22 de octubre, las mejores observaciones y la máxima actividad llegarán bien entrada la noche.

Las Oriónidas también son famosas porque suelen producir los llamados «bólidos». Las estrellas fugaces que vemos son partículas del tamaño de un grano de arena, pero los bólidos son partículas de varios centímetros que se iluminan tanto como el planeta Venus (el astro más brillante tras el Sol y la Luna) y en rara ocasión llegan a brillar como nuestro satélite natural. Estos bólidos suelen dejar estelas persistentes en el cielo, es decir, restos del material quemado en la atmósfera flotando durante varios segundos o minutos, como si se tratara de una nube alargada.

Consejos para observar la Lluvia de las Oriónidas

1.- Encuentra un lugar muy oscuro, lejos de las luces de la ciudad. No esperes ver esta lluvia en el interior de un gran centro urbano.

2.- No lleves telescopios. La lluvia se ve a simple vista. En caso de que veas un bólido, puedes utilizar unos binoculares para ver la estela persistente flotando en el cielo durante más tiempo.

3.- Pónte cómodo, mejor acostado (y lleva ropa de abrigo si es necesario para el clima del lugar donde vives).

Fuentes: earthsky.org y ABC.es

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