Horas después de llegar a su nuevo hogar, la sonda InSight de la Nasa enviaba una selfie desde Elysium Planitia, la ubicación cerca del ecuador marciano elegida por los científicos de la misión para posar la nave. InSight logró ayer a las 20,53 (hora peninsular) llegar con éxito llegar hasta el planeta rojo, tras seis meses de viaje desde la Tierra, y ahora está llamada a “reescribir la historia marciana”.

Para ello, durante los próximos dos años recabará y enviará datos que ayudarán a reconstruir la estructura interna marciana y a entender qué hizo que Marte dejara de ser un mundo húmedo y cálido, habitable, como la Tierra, y se convirtiera en el desierto inhóspito y frío que es hoy.

Desde que lograra arribar a la superficie marciana, InSight ha estado enviando señales a la Tierra y ha informado que sus paneles solares, de 2,2 metros cada uno, están abiertos y captando la luz del sol desde la superficie marciana correctamente, lo que asegura que la sonda pueda recargar sus baterías cada día.

La luz que llega a Marte es más débil que la de la Tierra porque el planeta rojo está más lejos del Sol. Pero InSight no necesita mucho para operar. Los paneles proporcionan entre 600 y 700 vatios en un día claro, suficiente para mantener sus instrumentos haciendo ciencia. E incluso en caso de que el polvo recubriese sus paneles, lo que es muy frecuente en Marte, los científicos calculan que al menos proporcionarán 200 vatios.

“El equipo de InSight puede descansar esta noche ahora que sabemos que los paneles solares de la nave se han desplegado y están cargando las baterías”, aseguró en un comunicado de la Agencia espacial americana Tom Hoffman, al frente de la misión InSight en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa, en Passadena, California (EE.UU.).

Ahora se espera que comience un nuevo capítulo en la fascinante aventura de InSight: la sonda comenzará a recabar datos del suelo de su entorno para decidir dónde desplegar sus dos instrumentos científicos principales a través de un brazo robótico: un sismógrafo, que medirá las vibraciones sísmicas de Marte y permitirá determinar la composición y el diámetro de las capas que lo forman; y un sensor térmico, que enterrará a cinco metros de profundidad, para determinar en qué proporciones el calor que desprende Marte procede del enfriamiento del planeta o de la descomposición de elementos radiactivos.

Se tardará entre dos y tres meses a acabar la implementación de los instrumentos y un par de meses más antes de que Insight esté preparada para comenzar con su misión en Marte.

Se espera que las observaciones que realice arrojen luz sobre la estructura y la composición interna de Marte; que permitan conocer mejor cómo se formó hace 4.500 millones de años y cómo evolucionó durante sus primeros miles de millones de años de existencia.

Fuente: lavanguardia.com

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