Astrónomos de todo el mundo observaron con asombro una explosión sin precedentes de rayos gamma (GRB por sus siglas en inglés), emitida por una estrella moribunda en una galaxia ubicada a 3.600 millones de años luz de distancia, en la constelación de Leo y que recién llegó a la Tierra el pasado 27 de abril. Esta descomunal erupción produjo la luz de mayor energía jamás detectada en un evento semejante y ha sido calificada como GRB 130427A y se cree que, probablemente, proviene de una estrella que se convierte en agujero negro, que impactó contra los sensores de los telescopios espaciales Fermi y Swift de la NASA y que pudo ser captada por un número record de observatorios en tierra.

El pasado 27 de abril el Fermi observó un estallido de luz de alta energía en la constelación de Leo; el telescopio regisró un rayo gamma con una energía de al menos ¡94.000 millones de electro-voltios, o unas 35.000 millones de veces la energía de la luz visible! (cerca de 3 veces mayor que el récord anterior del telescopio). La emisión duró horas y permaneció detectable por el Fermi durante casi todo el día, estableciendo así un nuevo récord para la emisión de rayos gamma más larga. Luego el estallido se detectó en longitudes de onda ópticas, infrarrojas y de radio por los observatorios terrestres, de manera que los astrónomos pudieron localizar rápidamente la posición de la explosión, considerándose los 3.600 millones de años luz de distancia como relativamente cerca para este tipo de eventos.

Los estallidos de rayos gamma son las explosiones más luminosas del Universo. Se cree que se producen cuando las estrellas masivas agotan su combustible nuclear y se colapsan bajo su propio peso. A medida que el núcleo colapsa en un agujero negro, los chorros de material salen disparados hacia afuera casi a la velocidad de la luz, atravesando todo el camino a través de la estrella y continúan hacia el espacio, donde interactúan con el gas previamente arrojado por la estrella, generando así resplandores brillantes que se desvanecen con el tiempo. Si el estallido se encuentra lo suficientemente cerca, los astrónomos suelen descubrir una supernova en ese lugar una semana después. Esta nueva explosión se encuentra dentro del 5% de las más cercanas, por lo que los científicos esperan encontrar ahora una supernova emergente.

Fuente: ABC.es

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