Para obtener esta galardonada fotografía se reunieron varias condiciones: una noche oscura, algunas nubes, una épica exhibición de auroras y una masa de agua que era a la vez bastante tranquila y bastante congelada para reflejar las estrellas.

El paisaje celeste, lleno de actividad y serenidad, apareció sobre el glaciar Vatnajökull en Islandia hace un año; en primer plano está la laguna del iceberg Jökulsárlón.

Las auroras siguen siendo habituales cerca de los polos de la Tierra mientras el Sol, a punto de alcanzar la máxima de actividad, continúa expulsando energéticas nubes de plasma en el Sistema Solar.

Crédito de la imagen: James Boardman Woodend (Images Inspired by Nature)

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