Desde que la nave Cassini de la Nasa llegó a Saturno en el 2004, ha descubierto una atmósfera turbulenta con violentos huracanes, anillos dinámicos que se remodelan constantemente y varias lunas fascinantes, dos de las cuales podrían albergar alguna forma de vida. Ahora, los astrónomos encargados de esta misión han detectado, por primera vez, repetidas ondas de plasma entre el campo magnético que conecta Saturno y su luna Encélado, según un estudio publicado por la Unión Geofísica Americana (AGU, por sus siglas en inglés).

Los nuevos hallazgos, realizados por un equipo liderado por Ali Sulaiman, de la Universidad de Iowa (Estados Unidos), indican que estas ondas de plasma transportan energía, al igual que ocurre en el agua o en el aire. “Encélado gira alrededor de Saturno y sabemos que es una continua fuente de energía”, explica Sulaiman.

El equipo ha conseguido convertir estas señales (o intensas ondas de plasma) en un audio, capturado en uno de los encuentros más cercanos de Cassini sobre Saturno, que ha sido acelerado posteriormente pasando de 16 minutos a 28,5 segundos:

El ruido o sonido “silbante” que han obtenido fue registrado por el instrumento RPWS, a bordo de Cassini, el pasado septiembre. De hecho, este sonido extraño está relacionado con las auroras boreales y, por eso, se conoce como “silbido auroral”. Desde la Tierra, es imposible escuchar la radiación de Saturno porque sus señales de radio rebotan en la ionosfera de nuestro planeta, tal y como describe el equipo de Cassini en un comunicado.

Por supuesto, no hay sonido real en el espacio. El sonido es una vibración que en un medio como el aire que, cuando alcanza y vibra el tímpano, se percibe como sonido. Sin aire en el espacio, tales vibraciones no se pueden propagar.

Por ello, la publicación puntualiza que estas ondas de plasma también son ondas electromagnéticas. Una forma de radiación electromagnética que, al igual que la luz, se crea a través de campos eléctricos y de autopropagación, lo que significa que pueden viajar libremente por el espacio. “Saturno responde lanzando señales en forma de ondas de plasma, a través del campo magnético que lo conecta con Encélado, a cientos de miles de kilómetros de distancia”, señala Sulaiman.

La investigación arroja luz sobre la relación entre Saturno y Encélado, muy diferente a la relación entre la Tierra y la Luna. De hecho, nuestro satélite no interactúa de la misma manera con la Tierra. Por ejemplo, el campo magnético de Saturno incluye a Encélado y, en cambio, la Luna no está dentro del de la Tierra.

Fuente: lavanguardia.com

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