Una vez más, gracias a ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), los astrónomos han obtenido impresionantes y valiosas imágenes. Esta vez, lograron un nítido primer plano de grandes emanaciones de material provenientes de una estrella recién formada. Al observar el brillo producido por las moléculas de monócido de carbono presentes en el objeto, conocido como Herbig-Haro 46/47, los científicos descubrieron que sus chorros tenían mayores niveles de energía de lo que se pensaba. Las nuevas y detalladas imágenes también revelaron un chorro previamente desconocido, con una dirección totalmente distinta al resto. Uno de los chorros se encuentra en dirección a la Tierra y el otro tiene una trayectoria completamente opuesta. El que se aleja de nuestro planeta era prácticamente imperceptible en imágenes anteriores captadas con luz visible, por el oscurecimiento producido por las nubes de polvo que rodean a la estrella recién nacida. Pero ALMA no sólo entregó imágenes mucho más nítidas que las que se tenían anteriormente, sino que también permitió a los astrónomos medir la rapidez con la que el material brillante se mueve a través del espacio, donde el material expulsado alcanzó velocidades muy superiores a las registradas anteriormente; esto significa que el gas emanado posee mucha más energía y propulsión de lo que se pensaba.

Las estrellas jóvenes son objetos violentos que expulsan material a velocidades de hasta un millón de kilómetros por hora. Cuando este material colisiona con el gas circundante produce un resplandor, dando origen a un objeto Herbig-Haro .Un impactante ejemplo de este fenómeno es precisamente Herbig Haro 46/47, que se ubica a unos 1.400 años luz de la Tierra en la constelación austral de La Vela.

Diego Mardones (Universidad de Chile), uno de los colaboradores de la investigación, hace énfasis en el hecho de que «este sistema es muy similar a la mayoría de las estrellas remotas de baja masa durante su periodo de formación y nacimiento. Sin embargo, es también bastante inusual debido a que el flujo expelido impacta a la nube de manera directa en uno de los lados de la joven estrella y sale fuera de la nube por el otro. Esto lo hace ideal para estudiar el impacto de los vientos estelares sobre la nube madre a partir de la cual se forma la nueva estrella».

La nitidez y sensibilidad alcanzada por estas observaciones de ALMA también permitieron al equipo descubrir una inesperada emanación que al parecer proviene de un compañero de la incipiente estrella, el que posee una masa menor. Este flujo secundario se presenta en un ángulo prácticamente recto con respecto al objeto principal y parece cavar su propio agujero para salir de la nube que lo rodea.

El líder del equipo y autor principal del nuevo estudio, Héctor Arce (Universidad de Yale, EE.UU.) concluye que «ALMA ha permitido detectar características en el flujo de material observado con mucha más claridad que los estudios anteriores. Esto demuestra que sin duda habrá muchas sorpresas y fascinantes descubrimientos que presenciar con todo el conjunto de antenas. ¡ALMA efectivamente revolucionará el campo de la formación estelar!».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *